10 Jun Un documental revela uno de los tantos flagelos que aumentaron con la pandemia: los trastornos de ansiedad
Basado en la historia personal y de vida de la periodista e influencer venezolana Carolina Sandoval, el corto producido por la argentina Natalia Denegri refiere a esta situación
“Los casos de trastornos psicológicos como la ansiedad aumentaron drásticamente. La pandemia agravó este cuadro. Desde su comienzo se va verificando que una de cada cuatro personas va a tener problemas mentales”, advierte la psiquiatra cubana Caro Marjorie desde su vasta experiencia clínica, y amplía: “Es una especie de angustia o intranquilidad que no discrimina ni edad, ni origen ni poderío económico. Nos puede pasar a todos”.
El análisis científico de ésta profesional resultó clave para poner foco acerca del estado mental que padecen muchas personas y se caracteriza por una gran inquietud, intensa excitación y extrema inseguridad. Por eso como lo hiciera con el caso de Geremy, el adolescente venezolano que padecía un osteosarcoma -tipo de cáncer óseo que comienza en las células que forman los huesos-, y que junto a su madre, hicieron lo imposible para que se curara, más allá de no alcanzar el esperanzado objetivo, la productora y periodista argentina Natalia Denegri pensó en desarrollar otro documental con perfil humanitario, para concientizar y brindar herramientas para encontrar soluciones o paliativos a dicha problemática.
Por eso convocó para que diera su testimonio a la periodista e influencer venezolana Carolina Sandoval, quien tras un embarazo más extenso de lo normal y un parto de urgencia, fue diagnosticada con “depresión post-parto” y medicada. Sin embargo, una situación que vivió en su propio auto cuando su vista se nubló marcó su vida para siempre: “Sentí que iba a morir, pude llegar a la guardia, los resultados de estudios resultaron normales, pero el médico me diagnosticó ataque de ansiedad”.
“Hace 18 años padezco este trastorno. Yo me quiero curar, hago terapia. Estoy segura de que mi testimonio va a ayudar a muchas personas a entenderse y a infinidad de parejas a salvarse. Porque la ansiedad pasa a ser uno de los miembros de tu familia y puede destruir ese núcleo. Deseo que esto sirva para que más gente que lo padece antes y después de la pandemia pueda encontrar ayuda. A veces amanezco bien, otras con miedo. Y cuidado, no confundirse: una cosa es tener trastornos de ansiedad como es mi caso y otra es ser una persona ansiosa. Yo hasta tenía miedo de salir de mi casa, un horror”, describe.
Desde entonces, Sandoval relata que ha dedicado miles de horas para poder comprenderse, y con distintas herramientas, ayudarse ayudando a otros que como ella tienen el trastorno: “Sigo investigando, buscando dónde y cómo empezó todo esto de la ansiedad en mi vida. No solo busqué apoyo médico, también me dediqué a hablar públicamente de este trastorno con el objetivo de desestigmatizarlo y convertirlo en un tema más que se pueda conversar entre familiares o amigos para poder comenzar a tratarlo”.
Concientizar, la clave
La naturalidad y el sufrimiento que observó en Carolina convenció de inmediato a Denegri para desarrollar el tema en profundidad. Y como desde hace años se dedica a ayudar a concientizar a través de historias de vida relacionadas con enfermedades y síndromes, como el cáncer infantil, la ceguera, el autismo infantil y el síndrome de down, se decidió a hacer un corto para contar los padecimientos que durante casi dos décadas venía soportando Sandoval.
La psiquiatra Caro Marjorie así lo describe: “La ansiedad es una manera de exagerar, a veces inapropiada, que lleva nuestros pensamientos a un futuro, que tiene la tendencia a ponernos preocupados, exaltados, porque siempre pensamos lo peor que va a pasar cuando en realidad no va a ser así”.
“Una de las cosas más comunes, más fuertes, son los ataques de pánico que llegan de una manera brusca, tormentosa, rápida, impredecible, pueden durar minutos que son tan dolorosos que el paciente cree que va a morir. El corazón va rápido y hay mucha otra sintomatología como problemas digestivos, sudoración, da mucho miedo”, agrega. “Aparece cuando me convierto en mamá: estrés post parto, desbalance hormonal producto de un cáncer de tiroides. Mi cerebro se puso en negro, me sentí rodeada de peligro, hormigueo, taquicardia, me voy a desmayar. Es como que tu propia cabeza te está atacando”, describe Sandoval conmocionada.
Mientras continúa con la 12° temporada de Corazones Guerreros, su programa infantil en MegaTV, Natalia Denegri sigue brindando pantalla a historias de familias y personas que no pasan desapercibidas para la Academia de Televisión que hasta hoy distinguió su tarea con 22 premios Suncoast Emmy. Ella fue la productora ejecutiva de este proyecto que desarrolló con “Trinitus Productions” en conjunto con “360 Media” de Nelson Bustamante, quien también dirigió el documental.
Vivir con miedo
La doctora Marjorie no cesa de aportar detalles destacados acerca de la ansiedad: “El miedo es algo que está innato en nosotros, es parte de la naturaleza y la biología, pero vivir con miedo las 24 horas no es saludable. Te imaginás vivir temiendo que te vuelva a dar el próximo ataque. Y empezás a evitar cosas que normalmente deberías hacer. El entorno social o nuestros propios pensamientos negativos automáticos que son normalmente como setenta mil al día hacen que nuestra genética se ponga fea y que la ansiedad se manifieste como una enfermedad”.
“Cuando sentimos tristeza aparece esa falta de energía, de motivación, no hay placer, motivos para vivir, surgen ideas feas como las de suicidio, no hay fuerzas para bañarnos, asearnos, hacer nuestra vida personal, se ve al pasado como algo negro, tormentoso. Se siente hasta en los huesos, en la falta de concentración, de poder dormir. Depresión es completamente diferente, pero es muy común que cuando tenemos depresiones vienen también episodios de ansiedad y viceversa”.
También habla de aceptar la realidad de lo que nos está sucediendo: “Es parte de la evolución porque el paciente está dispuesto a aprender, a evolucionar, a cambiar, a transformar, a decir ‘no puedo vivir más de esta manera’. Con la pandemia todo fue para arriba. Hablamos de suicidios, depresiones, la incidencia y la prevalencia está aumentando en las generaciones jóvenes. Por eso debemos hablar el tema en la familia. Un consejo es evitar la soledad. No me gusta que jueguen el rol de enfermos. No lo estamos, tenemos una condición que es crónica y debemos saber que de ansiedades no vamos a morir. Para sobrevivir cualquier enfermedad lo importante es educarse y tener la posibilidad de ser flexible, sentirse fuerte de cuerpo y mente. Vivir el presente. La psicología positiva está floreciendo. Cada día hablamos más de la prevención de la higiene mental. Último dato clave para mejorar: actividad física y alimentación sana, no al azúcar y los carbohidratos, el azúcar; sí a los vegetales, el aceite de oliva, el pescado, las carnes, evitando las comidas empaquetadas”.
Carolina Sandoval observa más que atenta y pide la palabra: “Quiero llegar a viejita y decirle a mis nietos que me curé. Insisto, la ansiedad es un camino cercano a eso que puede ser depresión. La depresión es no tener ánimo, no encontrar un motivo para vivir, y eso es lo que a mí me sobra. La psiquiatra me dijo que lo que tengo es unas ganas de vivir horrible. Al que no le pasó es difícil que lo entienda. Para mí un día sin ansiedad es un día ganado, pero a veces esa ansiedad no me permite ver el futuro”.