“Lo más importante de todo es que nos propusimos una misión humanitaria y logramos concretar el objetivo. Cuando vi los estragos que dejaron los huracanes Irma y María dije: ‘Algo tenemos que hacer’. Y gracias a Dios, lo pudimos concretar. Me conmovió haber colaborado en salvar vidas”, cuenta Natalia Denegri (41), radicada en Miami desde hace siete años junto a Daniel, su marido, y Nicole (4), su hija.

Allí conduce su programa de tevé solidario, Corazones guerreros, que se emite en diez países de Latinoamérica y en todo los Estados Unidos. “Siempre tenemos historias humanas que emocionan al público y a nosotros”, agrega Natalia.

“Por eso, cuando vimos lo que estaba sucediendo en Puerto Rico, todos coincidimos: ‘Debemos viajar hacia allí, para ayudar en todo lo que podamos’. Nos movimos y logramos contratar dos aviones comerciales para llevar comida, juguetes, pañales, ropa, agua y todo tipo de elementos de primera necesidad. También una donación de cien mil dólares en medicamentos del Baptist Hospital. Y de regreso trasladamos a 300 personas con graves problemas de salud: niños, ancianos, mujeres embarazadas… Incluso llevamos animales”.

“Todo gracias a la colaboración de la Fundación Hassenfeld, y también a Hasbro Toys. Luego pensamos en mostrárselo al mundo, para concientizar y para que sigan recibiendo ayuda. Por eso estuvimos en varios festivales presentando Hope (Esperanza), el documental que refleja la tragedia. Estamos orgullosos, porque el trabajo fue seleccionado para los encuentros cinematográficos Manhattan Film Festival, Utah Film Festival and Awards, Houston Worldfest Festival –Best Documentary Short– e International Filmmaker Festival en Niza, Francia, donde acabamos de lograr el premio a Corto Documental y Mejor Dirección”.

El film fue producido por Natalia Denegri, Henry Zakka, Jaime Cardona y Alain Maiki –Trinitus Productions y EPIC In Motion–, quienes ahora trabajan a destajo en otros tres, siendo el más apremiante el referido a las masacres escolares y el uso masivo de armas sin control en los Estados Unidos.

Al parecer, en Niza quedaron fascinados no sólo por la fuerza de la historia contada, las imágenes y la gran labor realizada por este equipo, sino también por la increíble puesta y el sonido.

La película brinda detalles de la intimidad del viaje, de las vidas que se salvaron, de los niños a los que ayudaron, y muestra la devastación que dejaron ambos huracanes. Según los expertos que destacaron el trabajo, “las imágenes permiten al espectador experimentar las sensaciones que se vivieron durante este viaje, transformándolo en una verdadera y única experiencia humanitaria”.

Denegri cuenta que pensó en su familia y en sus seres queridos cuando decidió emprender esta intención de salvataje: “Es que bien podrían haber estado ellos o cualquiera; no importa… Si podemos hacer algo por alguien, vale la pena. Hope es el documental de uno de los momentos de la vida que más me emocionaron. Poder ayudar al pueblo de Puerto Rico fue algo único. Y que el documental haya sido nominado a festivales de cine tan importantes, que le permitirán a tanta gente ver lo que hicimos, realza mis ganas y me inspira a seguir colaborando”, explica Natalia, quien ya obtuvo tres premios Emmy y más de una docena por Uma, la película que coprodujo el año pasado en Europa, en la que también actuó: un thriller de amor, donde interpretó a la doctora Vega.

Fuera de su rol de productora, señala que la solidaridad ocupa un rol muy importante en su vida. Y que si bien está radicada en Miami, sigue en contacto permanente con Mónica Gigli, que lidera la ONG Argentina Ayuda: “Ella hace un trabajo impresionante en el Norte del país, en especial en el Impenetrable chaqueño. Yo le hago llegar todo lo que puedo para esa gente, que es muy cariñosa conmigo. También me preocupo mucho por Mariana Girela, una adolescente que reside en Claypole y sufre esclerosis múltiple. Logramos que consiga trabajo; ahora faltan detalles para que mejore las condiciones en que vive junto a su mamá, que padece una enfermedad muy brava. Sin embargo, ella tiene un espíritu extraordinario. La quiero como a una hija. Mirá, la verdad es que todos podemos ayudar; sólo hace falta pensar en los demás… Y poner manos a la solidaridad”.

Por Miguel Braillard.
Fotos: Enrique Tubio.